lunes, 11 de marzo de 2013

INFANCIA, 7-8 AÑOS (III)





·         Valores y normas: Durante la Educación Primaria (6-12 años), se logra un gran avance en el desarrollo del juício y el razonamiento moral, debido al importante proceso de descentración, al aumento de la capacidad para adoptar otras perspectivas, a una mejor comprensión de las normas que establece la sociedad... Según Piaget, es a partir de los 6-7 años cuando los niños evolucionan de la heteronomía moral a la autonomía moral.  Descubren que la reciprocidad es necesaria para actuar conforme a una serie de reglas, teniendo en cuenta que esas reglas son efectivas si las personas están de acuerdo en aceptarlas. La mayoría de los niños de 6-12 años se encuentran en el razonamiento moral convencional de Kohlberg, en el cual los individuos continúan considerando la conformidad de las reglas sociales como algo importante, pero no por razones de interés propio.

·         Lenguaje: a partir de los 4 años y medio, cuando se producen las últimas adquisiciones del lenguaje, que se da cuando el alumno aprende estructuras sintácticas más complejas, como son las frases y oraciones pasivas, condicionales, circunstanciales de tiempo, etc. y se van perfeccionando y generalizando aquellas con las que ya estaba familiarizado como son las subordinadas. La adquisición de estas competencias termina a los 8 años aproximadamente. Los niños comienzan a apreciar los distintos efectos de la lengua como son los refranes, ironías... y comienzan a jugar con la utilización de la lengua, lo que implica un alto nivel de competencias lingüísticas. También comienzan las actividades metalingüísticas en esta etapa. En lo tocante a la escritura, la motricidad fina ya está muy desarrollada, con lo cual se realiza una escritura más fluída y rica. Además presentan un alto nivel de vocabulario registrado en la memoria fruto del bagaje escolar anterior.

 En el primer ciclo de Educación Primaria “todavía se hace patente la necesidad de movimiento por parte de los niños y de la ejercitación constante del propio cuerpo”, (Duñac, 1997) parece que nunca están quietos, poco a poco irán consiguiendo la coordinación del movimiento y el control y el dominio del propio cuerpo.