miércoles, 23 de diciembre de 2015

SIEMPRE A VUELTAS CON LA MÚSICA

Antes de seguir reflexionando y ofreciendo opiniones sobre el arte de la Música, me paro a pensar sobre estas palabras de Immanuel Kant:

La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa.

Y para transmitir la belleza, la armonía, el equilibrio una madre suele y debe recostar la cabeza de su bebé sobre su pecho y este escuchará el ritmo acompasado del corazón de su mamá, en un ritmo binario y la mamá con la caja rítimica de su corazón puede susurrar una canción, una nana, una canción infantil, una canción inventada. Y verá como su hijo se tranquiliza y es posible que quede plácidamente dormido.

Pero, no hay que perder la sana costumbre de cantarle a los niños y cantar con ellos en todas las edades de su evolución y crecimiento. El canto, la música contribuyen a su educación, a su enriquecimiento como personas.

Y precisamente, este tiempo de Navidad es muy apropiado para cantar villancicos, los hay muy antiguos y populares, de tradición oral, tanto en la literatura gallega como en la castellana. Cantarle siempre a los niños y cantar con los niños. Para aprender un repertorio de canciones, para cantar y aprender poemas musicados.

Y ya que hablamos de belleza, mirad que bello artículo de los sabios jesuitas de su taco calendario del día 18/12/2015 y que transcribimos por su interés a continuación:

¡MÚSICA, MAESTRO!

 El mundo de los sonidos nos acompaña desde antes incluso de nacer. Los primeros ritmos que sentimos son los latidos del corazón de nuestra madre y del propio.
 Durante el embarazo la voz de la madre llega a los oídos del bebé a través de sutiles vibraciones y, cuando se acerca el momento del parto, este ya percibe algunos sonidos del entorno que está a punto de conocer.
 La música constituye un vehículo fundamental para el desarrollo integral de los más pequeños. ¡Donde hay música, hay alegría!
 Cuanto mayor sea el espectro de estímulos que el niño reciba, mejor será su crecimiento. Las actividades relacionadas con la música favorecen el desarrollo de las áreas cognitiva, emocional, social, afectiva, motora y del lenguaje.
 Cualquiera, tú también, puede hacer música para el bebé. Sí, una nana puede calmarle, acompañarle y darle seguridad.
 Cántale despacito y de forma monótona, imitando el balanceo de una mecedora. Se calmará. Usa un volumen de voz bajito, para que actúe como relajante. Desafinar es lo de menos; lo importante es que te sienta cerca.
 La letra de la canción puede ser improvisada. Repetir palabras tiene un efecto hipnótico que favorece el sueño.